LA EXPERIENCIA DEL VIAJERO
¡TODO VIAJE VA EN BUSCA DE UNA EXPERIENCIA!
Todo viaje va en busca de una experiencia. De ese ancestral instinto de descubrir el mundo que nos rodea y que nos nace de forma primitiva. Ese impulso de explorar y adaptarse a nuevos entornos ha sido clave para la evolución humana y lo llevamos impregnado en nuestro ADN. Pero hoy más que nunca, el viajero busca la Experiencialidad.
Una palabra que abarca muchos aspectos del recorrido del cliente. Desde la buena atención y facilidad de procesos, la búsqueda de esas vivencias memorables, el diseño especial y cuidado del alojamiento, entre otras…
Algo que ya viene de lejos. Hace 5 años leía que en el 2025 casi el 58% de la oferta turística será experiencial. Este mismo año 2024, el subdirector general de Turespaña en la Feria Internacional de Turismo nos anunciaba que “la tendencia de experiencias únicas arraigadas en la identidad local y con fuerte componente de sostenibilidad social es una de las principales tendencias” Una veracidad que no deja de repetirse porque más que un hecho puntual es un cambio social que empezó hace décadas y ha ido creciendo.
Fue a finales del siglo pasado cuando surgió el concepto de “economía de la experiencia” donde Joseph Pine II y James H. Gilmore preveían una transición de la economía de servicios hacia una nueva fase centrada en las experiencias. Lo marcaban cómo el siguiente capítulo en la historia de la humanidad.
Y aquí estamos 25 años después. Pasamos por guías de viaje, la radio, la publicidad….Y la tecnología fue abriéndose camino impulsando al cambio de mentalidad. La llegada de internet globalizó el mundo. Ahora puedes descubrir que existe un hotel de hielo, que puedes dormir en una burbuja viendo las estrellas, o vivir el festival de las linternas flotantes en el cielo de Tailandia. Hoy puedes leer las opiniones de otros viajeros, lidias con procesos digitales de compra, etc. El mundo tiene las puertas abiertas a quien lo quiera ver, el viajero actual está hiper-informado y es exigente.
Los apartamentos ofrecen al viajero experimentar la vida local. En la parte que le toca, el diseño de interiores tiene mucho que decir. Tiene que tratar el alojamiento con estrategia. Pensando en el tipo de viajero en el que se centrará el alojamiento, en la ubicación, la economía, las cualidades a potenciar, las emociones que queremos producir con el espacio que creamos, el recorrido del cliente desde la primera ciber-imagen, lo que busca (porque no es lo mismo un viajero aventurero, que el corporativo, el rural, o el cultural). Y todo se ha de tener en cuenta. La funcionalidad, la experiencia de usuario, el marketing.
La estética no será por tanto el paso principal si no el resultado de un análisis previo bien diseñado que haga de nuestro apartamento la experiencia que buscamos para el viajero.